Se me venían a la mente de ese día -que aún veo tan cercano, sin importar que tanto tiempo haya pasado- las imágenes de la primera bandera que levanté en el estadio, eso fue el 24 de marzo de 1996, ese ocasión en que perdimos un clásico, que no importaba si ganabamos o perdíamos, estabamos condenados al decenso.
En fin, aquella vez, fui con mi papá y con dos primos a ver el partido, mi papá me compró la playera de Tigres con el 22 de Martín Félix "el motor" Ubaldi, ese que salía impreso en la imagen del boleto. Bueno, recuerdo que llegamos, estacionamos el coche y con boletos en mi mano -aunque yo pasaba gratis por ser niño, tenía encomendada esa misión, cuidarlos-.
Le pedí a mi papá que me comprará una playera, pues era el único q no traía en las afueras del estadio y si venía a ver a Tigres, debía de hacerlo con la camiseta puesta; en ese tiempo, para mis padres era difícil comprar una original, así que ésta era "pirata", pero a mi no me importaba, era un niño. El kit de Tigre fue completo, incluyendo una bandera; era en cuadros azul-amarillo-azul, en la parte del centro, el amarillo llevaba impreso un Tigre de caricatura con los brazos cruzados -todos los hinchas de Tigres conocemos esa imagen-.
Caminamos hacia la entrada de preferente -hoy la puerta 8-, entramos mucho antes de que iniciara el juego y yo ondeaba la bandera en las tribunas, la gente que venía entrando hacía lo mismo, hasta que se llenaron las gradas y estaba a punto de comenzar el partido mi papá me dijo: "mijo, todos sacan las banderas cuando anoten gol", guarde entusiasmado mi bandera y esperaba el momento justo para sacarla, en una parte del estadio vi a unos chavos que brincaban al mismo tiempo y le pregunté a papá por qué lo hacían, me respondió: "se ve como si temblara el estadio, fijate" y me encantó ver eso, le dije que si un día podíamos hacerlo y me dijo que sí.
Empezó el partido y ya todos sabemos lo que ocurrió después.. Al terminar, veía rostros tristes y mi papá, me decía: "van a regresar el otro año mijo, vaz a ver", eso me hizo tomar confianza y no encontrarle explicación a las lagrimas de tantos aficionados, pues no entendía que era el decenso, solo sabía que estabamos eliminados.
Todo lo anterior lo recordé el pasado domingo 11 de diciembre del 2011, desde que entré con mi bandera a la parte de general 8b, con una nueva bandera en mano; la ondeé casi todo el partido, brinqué con mi papá como me lo había dicho aquel día, se que él no se acuerda de eso, pero yo sí. No pude evitar las lágrimas, pues sentía por medio de la brisa como mi abuelita -QEPD-, desde el cielo me felicitaba por el campeonato obtenido por mis Tigres, tal como lo hacía para consolarme cuando perdíamos, por la felicidad de obtener lo que tanto habíamos anehelado, después de haber viajado, pasado hambres, ahorrar para comprar los boletos, abonos, etc. después de tanto no llegaba una respuesta trascendente e histórica.
Gracias a todos los que formamos parte de Tigres. Desde la calle, la tribuna hasta todas las partes del club. Gracias!
Fue un momento lleno de sentimientos indescriptibles. Vamos por otro!
martes, 13 de diciembre de 2011
domingo, 11 de diciembre de 2011
El comienzo de un día de final.
Despertaba en mi cama con la pose boca arriba y la cabeza reposada en la almohada, cubierto por el cobertor de Tigres, ese que me regaló mi papá hace unos pocos años atrás, mientras sonaba la alarma de mi despertador para anunciar que eran las 6:00 a.m. y debía levantarme para echarme un baño e ir a trabajar.
La flojera empezaba a tomarme preso mientras mi súper yo me mandaba a la regadera; lo que si no me dejó nunca es el nervio que da saber q el día de hoy jugaremos una parte de la final, esa que decidirá si solo seremos olvidados ante el tamaño de un campeón o si somos los mejores del país, esa gloria que tanto deseamos tener entre nuestra gente, familia, afición, etc.
Así comenzó el día 8 de diciembre, un aniversario luctuoso más del gran músico inglés John Lennon. Despertaba con la ansiedad de que llegara la fecha. Con un frío infernal y la necesidad de acabar con esa sensación de incertidumbre que cargaba, esa que da cada que se sabe que ha de disputarse algo importante y trascendente en la vida.
Me dirigía a trabajar, mas no antes sin despedirme de mis padres, a quienes admiro tanto, un beso en la mejilla a cada uno y un abrazo para recibir confianza en mi ser. Subí al coche, puse las llaves en el tambor y lo encendí, mientras arrancaba pensaba: "hoy es la final, tenemos... no... no tenemos, debemos de ganarla", no hay lugar para pensar otra cosa, no hay espacio ni tiempo para otros pensamientos.
Este sentimiento del cual no me arrepiento, que si a los jugadores comoquiera les van a pagar, todos se irán algun día, los técnicos también y los directivos igual; sí todo lo anterior es cierto, sin embargo los que quedaremos para siempre seremos los hinchas, los fanáticos, los seguidores y los recuerdos que nos queden a cada uno de nosotros.
Esos recuerdos que transmitiremos a nuestras generaciones siguientes y esperemos que sean más experiencias las que vivamos para que a ellos también les toquen las futuras épocas importantes.
Mi papá me contaba de aquellos históricos: Tomás Boy, Batocletti, Miloc, Pilar Reyes, Mateo Bravo, Barbadillo, Izquierdo, Orduña, etc. yo quiero contarle a mis hijos de los héroes de hoy.
Esta final es nuestra, de los que siempre estuvimos en las malas y en las peores, muchos ahora sacaron su lado Tigre, esperemos que así los veamos en las malas rachas. Tigres somos todos, vamos a salir a la cancha a ganar, a dejar todo el corazón, vamos juntos por el triunfo el equipo y su afición! el triunfo que será siempre recordado por todos nosotros.
- Dale, dale TIGRES! yo se que tú vencerás!
La flojera empezaba a tomarme preso mientras mi súper yo me mandaba a la regadera; lo que si no me dejó nunca es el nervio que da saber q el día de hoy jugaremos una parte de la final, esa que decidirá si solo seremos olvidados ante el tamaño de un campeón o si somos los mejores del país, esa gloria que tanto deseamos tener entre nuestra gente, familia, afición, etc.
Así comenzó el día 8 de diciembre, un aniversario luctuoso más del gran músico inglés John Lennon. Despertaba con la ansiedad de que llegara la fecha. Con un frío infernal y la necesidad de acabar con esa sensación de incertidumbre que cargaba, esa que da cada que se sabe que ha de disputarse algo importante y trascendente en la vida.
Me dirigía a trabajar, mas no antes sin despedirme de mis padres, a quienes admiro tanto, un beso en la mejilla a cada uno y un abrazo para recibir confianza en mi ser. Subí al coche, puse las llaves en el tambor y lo encendí, mientras arrancaba pensaba: "hoy es la final, tenemos... no... no tenemos, debemos de ganarla", no hay lugar para pensar otra cosa, no hay espacio ni tiempo para otros pensamientos.
Este sentimiento del cual no me arrepiento, que si a los jugadores comoquiera les van a pagar, todos se irán algun día, los técnicos también y los directivos igual; sí todo lo anterior es cierto, sin embargo los que quedaremos para siempre seremos los hinchas, los fanáticos, los seguidores y los recuerdos que nos queden a cada uno de nosotros.
Esos recuerdos que transmitiremos a nuestras generaciones siguientes y esperemos que sean más experiencias las que vivamos para que a ellos también les toquen las futuras épocas importantes.
Mi papá me contaba de aquellos históricos: Tomás Boy, Batocletti, Miloc, Pilar Reyes, Mateo Bravo, Barbadillo, Izquierdo, Orduña, etc. yo quiero contarle a mis hijos de los héroes de hoy.
Esta final es nuestra, de los que siempre estuvimos en las malas y en las peores, muchos ahora sacaron su lado Tigre, esperemos que así los veamos en las malas rachas. Tigres somos todos, vamos a salir a la cancha a ganar, a dejar todo el corazón, vamos juntos por el triunfo el equipo y su afición! el triunfo que será siempre recordado por todos nosotros.
- Dale, dale TIGRES! yo se que tú vencerás!
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