martes, 19 de abril de 2011

Confesión de un psicótico

Había tenido un día tan jodido y era cumpleaños del viejo, nunca fue mi padre; más bien, siempre fue mi padrastro; se comportaba como una escoria conmigo, me jodió cuando y cuanto pudo y por tal motivo siempre le he guardado rencor.

Entonces, durante aquella tarde, llegó el pastel a la puerta, lo recojí y se lo llevé hacia la mesa en una caja. No sabía y no estaba seguro de que traía adentro, pero mis pensamientos de odio hacia él; deseaban tanto que dentro de esa maldita caja hubiese una pistola de cualquier calibre o un cuchillo de carnicero.

Imaginaba: "abrir la caja y sacar cualquiera de esas letales armas y abrir fuego o clavarle el punzocortante en su rostro cuantas veces fuera necesario con tal de no verlo ni escucharle jamás. Después, al estar lleno de sangre en el rostro en las manos, sonreirle psicoticamente y obsverbar aquel baño de sangre con placer y disfrutar de ese escenario fumando un cigarrillo, sentandome al lado de él, mientras le contaba mis penas y corajes hacia su persona.

Pero no fue así, todo fue tan patético que de la maldita caja saltó una serpiente y al ver tal impresión, al viejo casi le da un infarto. Lo llevamos al hospital donde pasó poco tiempo muy grave y mientras tanto, estuve alegre, pero mi alegría no duró mucho, cuando regresó a casa era como si estuviese recargado de baterias y yo, no sabía que hacer con ese sujeto, solo conocía una salida: deshacerme de él a como diera lugar.

Todo ocurrió durante una noche de otoño, sería unas cuantas semanas después; conseguiría un cuchillo que mamá llevó, también un martillo que había hurtado de casa de unos vecinos y unos guantes que había en el botiquín de primeros auxilios -de esos que usan los doctores- y llevé a cabo mi plan...

"El señor Pablo Ramón Ortega Martínez, murío mientras dormía en su habitación y su esposa, que intento defenderlo, también corrió el mismo destino. El presunto responsable, es un chico de 16 años, hijo de Hortencia Ruiz Castañeda, quién fuese mujer de la víctima. Se rumora que el joven asesinó a ambos por rencor. Lo inexplicable, es que al muchacho se le encontro sentado en la cama con ambos padres, sonriente, con manchas de sangre en el rostro y en las manos, no puso resistencia a ser detenido, se fue sin dar declaraciones."

Por eso me condenaron a muerte, en fin, esta feliz sonrisa, jamás me la quitará nadie, lo que hice, resultó ser uno de los grandes placeres de la vida.

1 comentario:

  1. Hortensia *
    con mas saña, psicotico con vision menudo tipo, en acto contra si mismo, siempre he gustado del pensar que si haces algo salgas beneficiado y con la sonrisa y cabellera al estilogreco concabeza en mano ;)

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gracias por comentar =)