jueves, 15 de abril de 2010
El cigarro que quema la tarde
Cierta tarde, después de encender un cigarrillo me puse a reflexionar sobre las palabras muertas que decimos día a día, así como las promesas que se consumen al igual que el tabaco se transforma en humo que vuela entre el viento para luego desvanecerse a la vista de todos.
Terminé aquel cigarro y sabía que me había hecho daño tanto a mi como a la madre naturaleza, recordé que pasa lo mismo con las frases vacías que tantas veces declaramos a otra persona por tan solo un momento de placer personal para después perderse entre el aire que respiramos.
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Gostei
ResponderEliminarmuito
boas
criações